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martes, 5 de noviembre de 2013

TRABAJOS GANADORES CONCURSOS "SOBRE LITERATURA FANTÁSTICA", 2013.

EL HAMBRE de Cynthia J. Monalvo Martínez




“…quienquiera que encontrase un método razonable, económico y fácil
para hacer de ellos miembros cabales y útiles del estado, merecería tanto
agradecimiento del público como para tener instalada su estatua como
protector de la Nación.”

Jonathan Swift, Una modesta proposición

¿Cuántos baldes de lejía se necesitan para limpiar la sangre de un sacerdote? ¿Cuántos baldes necesitaría para disolver los fragmentos de cerebro, la grasa y los excrementos? El joven dejó de empujar el pesado trineo y se agachó ante uno de los recipientes. Recibió la punzada árida y severa en la nariz con los ojos cerrados: aquel olor lo convencía cada vez más de dejar el cuerpo del padre Mors tan limpio como la losa del monasterio del cual lo había secuestrado, acaso igual o más limpio que el color de la nieve que los circundaba en ese claro de bosque. Miró los dos garfios y las dos cadenas gruesas que había traído consigo, sus propias manos enguantadas contra el frío y las pequeñas huellas que se perdían por entre los árboles hacia la iglesia.
—¡Llegó su hora, cardenal! —dijo en voz alta, y el fardo húmedo que aún yacía en el trineo se estremeció. El joven lo apartó y el padre Mors, quien se retorcía en la ansiedad de la huida, emitió un grito que fue sofocado por una mordaza. Jochen miró por entre las ramas desnudas de unos arbustos, hacia el granero de piedra en donde los frailes guardaban la comida. El cobertizo permanecía en silencio, parcialmente sepultado por la nieve, pero Jochen vio las huellas de pies diminutos y su mano se apoyó en el fardo que llevaba atado a su costado. Con dolor en el pecho, creyó entrever las huellas de barrotes en las únicas ventanas, así como también en la puerta principal.
Extrajo de su cinto un papel que desdobló y colocó ante los ojos desorbitados e inyectados de sangre del hombre: en él se mostraron nombres garabateados por las manos de un centenar de hombres y mujeres que habían desaparecido o muerto en búsqueda de los inocentes.
—¿Dónde están, padre?—preguntó Jochen en voz alta y lenta.
El padre Mors dejó salir un quejido tembloroso y un par de lágrimas se deslizaron a ambos lados de su nariz gruesa y morada de frío. Al amarrarlo y sacarlo de la iglesia aquella madrugada había sollozado el hostem repéllas longius de las oraciones de emergencia, pero Jochen no había mostrado misericordia.
—Por favor… por favor, no grites... —suplicó, pero Jochen insistió mientras amarraba las cadenas en torno a un árbol cercano.
—¡Dígame dónde están!
—No puedo violar mi silencio —murmuró el anciano—. No nos lo perdonarán...
Jochen apretó los dientes, respiró hondo y empalideció. Despojó al sacerdote de la protección de la sábana y descubrió su cuerpo pálido, de extremidades amoratadas y de cicatrices de cilicio en el pecho y los hombros.
—La guerra con los rebeldes nos condenó al hambre y al frío, cardenal —dijo el joven entre dientes—, y las tormentas mataron a nuestros padres. Cientos de nosotros debimos caminar a la única iglesia que quedaba en pie en todo el poblado. A su iglesia, padre. Usted y la abadesa de Opfern nos recibieron con comida y albergue y nos hicieron creer que cuidarían de nosotros…
—¡Y lo hicimos! ¡Los mantuvimos a salvo del enemigo, de la maldita guerra! —exclamó el cardenal Mors, su respiración condensándose en nubecillas blancas, sus ojos en blanco por la tortura del frío asentándose en su cuerpo y provocándole una erupción de capilares rotos en la piel—. Prometimos cuidar del estado, de nuestra gente…
—Una proposición admirable y modesta, ¿ah, padre? —rió Jochen, y arrojó sobre el pecho del hombre el contenido de su fardo: un montón de falanges, metacarpos y fíbulas fragmentadas, de origen que sabía humano por la experiencia y por la carne aún adherida a sus curvaturas—. Totalmente altruista. Si los ha cuidado también, ¿por qué encontré esto en las catacumbas?
—No pudimos salvarlos a todos. Debes entender eso. El hambre… el hambre nos devastó a todos… —murmuró el cardenal, y Jochen supo que sus temores eran fundados. El joven entonces tomó los garfios en sus manos y ojeó los tobillos rígidos e hinchados del hombre tendido en el trineo. Con el mismo gesto de sus antepasados cazadores de osos y renos, Jochen apuñaló con brutal precisión el espacio entre el astrágalo y el calcáneo del pie izquierdo. A pesar de la gangrena y la debilidad de su respiración, el cardenal gritó de dolor. Fue poco después de haber engarfiado el otro pie y preparado el mecanismo de las cadenas que una llovizna de escarcha cayó de los arbustos y Jochen escuchó el crujir de la nieve en la ladera del bosque.
Percibió el celaje de cuerpos ligeros aglomerarse en torno al claro con gran alborozo en el corazón: eran los niños. Soltó las materias de su caza, con el corazón bombeando alborozado ante los cuerpecitos refugiados en el gris de las ramas, en el blanco de los montículos de nieve, en los ramajes del hielo destilando agua a la orilla de posibles caminos entre los árboles. El líder, una criatura desgarbada y de ojos grises como piedras, extendió una mano cubierta de llagas, cauterizada por el frío. En esa mano sostenía un cuenco de barro vacío, en el cual Jochen vio huesillos de pájaro, fragmentos de raíz y hojas primaverales que le parecieron rastros de esperanza.
—¿Qué creen, niños? ¿Cuántos baldes se necesitan? —sonrió Jochen, enloquecido por su suerte de héroe, de rescatador de niños, de rectificador de circunstancias inhumanas. Pero el niño sacudió la cabeza y señaló las escudillas que aguardaban a la vera del camino. Los otros niños, como si obedeciesen una orden no hablada, hicieron lo propio. Entonces el sacerdote, que ya agonizaba sobre el trineo, dijo sus últimas palabras.
—Por favor… por favor, huya…
Jochen escuchó el resorte brusco de una trampa bajo sus pies y su cuerpo se asentó con un crujido sobre los barrotes que los niños habían dispuesto en filas para cazar su alimento.


La autora: Cynthia Montalvo Martínez reside en Utuado, Puerto Rico y actualmente está cursando estudios de maestría en Creación Literaria en la Universidad del Sagrado Corazón en Santurce, Puerto Rico. Dos de sus poemas escritos en inglés serán publicados en la revista literaria Multicultural Echoes de la Universidad del Estado de California.



Tuit sobre tema "zombies" de Juan José Fernández Balaguer.



Me seguían decenas de zombies. Conseguí entrar en la cabaña y mi esposa gritó de pánico. Me ví en sus ojos. Ella tenía miedo. Yo hambre.

Copyright:
De los textos presentados a concurso, los autores.
Primera foto: derechos adquiridos en Fotolia.
Segunda foto: realizada en Alcalá de Henares. Es de un mural o graffiti.

domingo, 6 de octubre de 2013

«VORAZ» DE FERMÍN MORENO GONZÁLEZ


Tras el reciente éxito de El vuelo del oricú, el escritor Fermín Moreno, miembro de la Asociación Española de Escritores de Terror Nocte, saca este mes de septiembre de la mano de Dolmen Editorial, Voraz, una novela futurista de zombis.
En Voraz se recrean, a lo largo de tres actos (ambientados en el 2020, el 2044 y el 2064 respectivamente), especies humanas nuevas que se entremezclan y cohabitan en permanente pugna por la supervivencia. El Homo sapiens es tan solo otro eslabón más de la cadena, que lucha sin esperanza por continuar existiendo, en tanto que las nuevas van ganando terreno paulatinamente y marcan con sangre su propio territorio sin
perder ni un solo instante su fin último: sobrevivir. Sobrevivir a los muertos.
La novela “copula con las diferentes especies y del esperma de noches interminables van surgiendo poco a poco vertientes nuevas y alternativas de coexistencia que justifican de alguna manera los dementes pactos que habrán de sellarse, las treguas temporales y los saltos a través de varios estadios por donde trasiegan la vida y la muerte, olisqueándose mutuamente, a la espera del momento propicio para atacar… o morir”, señaló el autor.
Fermín Moreno González es escritor, traductor literario y editor de la revista de género fantástico Sable (Ediciones Tusitala). Además, este aragonés es licenciado en Educación Física yV profesor en activo. Ha sido finalista de los premios Monstruos de la Razón II 2009 y los Ignotus 2011 y 2012. Entre su producción literaria destacan las novelas Forastero en cuerpo extraño, La perdición fucsia y Voraz, así como su participación en las antologías Monstruos de la razón II, En la feria tenebrosa, Antología Z (volúmenes 2 y 4), La sangre es vida, Crónicas de la Marca del Este, King Kong solidario, Nuevas leyendas aragonesas o Insomnia. También ha publicado sus relatos en numerosas antologías y revistas francesas, italianas e inglesas.

miércoles, 1 de mayo de 2013

ZOMBIES - CASI MUERTOS



ZOMBIES - CASI MUERTOS de Alberto López Aroca


Este sonolibro es parte de la colección Sonolibro-Z, una selección de los mejores relatos zombie. Llenos de acción, suspense, terror, zombis y vísceras, harán pasar un rato más que aterrador... a quien se atreva con ellos.
Ornell y Mclennan, los chicos de Hosmer Angel, tienen un encargo especial: traer a Davis “el Cojo” al sótano de Hosmer para darle lo suyo. Nadie juega con la chica de Hosmer, y menos ese cojo de Davis “Patachula”… Pero cuando Ornell y Mclennan encuentran a Davis, parece estar muerto… y muy frío. Ya con Davis en el maletero del coche, se dirigen a casa de Hosmer.
¿Quién podrá negar que no le han dado muerte ellos? Durante el trayecto, unos golpes en el maletero. ¿No estaba Davis muerto?
Lo que Ornell y Mclennan no saben… es que tal vez sólo estuviera CASI MUERTO.
Lejos de ser un audiolibro convencional este sonolibro está dramatizado con distintas voces para cada personaje, música y efectos sonoros, proporcionando al oyente una increíble experiencia inmersiva.





Más información en la página web de Sono libro

lunes, 2 de julio de 2012

ANTOLOGÍA Z. Volumen 6




El fenómeno zombi sigue pegando fuerte

Sale a la luz el sexto volumen de Antología Z, con nuevas historias de muertos vivientes

El libro, que en esta ocasión reúne los mejores relatos del certamen ‘Todos los Santos’ 2011, se cierra con un homenaje de Javier Cosnava a los principales representantes del género Z

Antología Z, la colección de la editorial Dolmen que ha puesto de moda el género de los relatos de zombis en España en los últimos años, acaba de publicar su sexta entrega. Y lo hace con un volumen muy especial, caracterizado por contener en esta ocasión los relatos finalistas y el ganador del certamen Todos los Santos 2011, convocado por la web Cultura Hache.

El escritor y editor vigués Darío Vilas ha sido el encargado de coordinar esta nueva Antología Z, que reúne las diez obras finalistas del certamen, más el relato ganador, titulado "Cuando regrese quien ahora reposa en el ataúd forrado de terciopelo", de Óscar Pérez Varela.

El tomo se completa con varias aportaciones sorpresa de otros autores invitados, entre las que destaca un relato-epílogo autorreferencial firmado por el escritor e historietista Javier Cosnava, que supone un homenaje a la literatura de zombis, a la serie Antología Z y a sus seguidores. Así, en Un sacrificio antológico, aparecen como siniestros personajes el propio Darío Vilas, Álvaro Fuentes, Jorge Iván Argiz, Juan de Dios Garduño o Rubén Serrano entre otros, todos ellos relacionados directamente con esa nueva vanguardia literaria que está impulsando el fenómeno Z en España y dando incluso una proyección internacional a toda una hornada de jóvenes talentos.

Según Cosnava, «he querido homenajear al género zombi en España, desde su gestación al momento actual». De ahí la inclusión de destacados nombres, «unos por ser los pioneros del género, otros por ser los autores más representativos, y otros por ser autores actuales... Los he elegido desde el cariño y la admiración para formar parte de mi historia, un tanto loca y desaforada. Por tanto, muy cosnávica».

La portada del libro, como viene siendo habitual en la colección, es obra del artista Alejandro Colucci.



Más información:

www.dolmeneditorial.com

http://www.dolmeneditorial.com/antologia-z-volumen-6/

jueves, 6 de octubre de 2011

ZOMBI de Juan Díaz Olmedo



La Editorial NGCficción! presenta ZOMBI de Juan Díaz Olmedo

TEXTO CONTRAPORTADA

Tal vez hayas oído hablar de ellos. Su nombre se menciona en susurros, entre historias increíbles de combates a muerte transmitidos por internet, de tráfico de drogas, fiestas inenarrables con prostitutas, y palizas a curanderos de poca monta. Se dice que son gente como tú y como yo, pero que un día descubrieron que ya estaban muertos. ¿Lo entiendes? Gente desahuciada, condenada, sin remedio. Ponte en su lugar. ¿Te limitarías a aceptarlo sin más, o harías como ellos? ¿Tendrías el valor suficiente como para entrar en ese mundo oculto que todos prefieren ignorar, ese mundo de vidas baratas y placeres prohibidos?

Olvida lo que hayas leído en foros clandestinos de Internet, olvida lo que te hayan susurrado en algún tugurio, olvida esas revelaciones que aparecen cada cierto tiempo escritas en las paredes de esta ciudad. Esta es la verdad. Esta es la historia de uno de ellos.

Esta es la historia de un zombi.

Juan Díaz Olmedo nos sumerge en un extraño relato ambientado en esas áreas de nuestra sociedad que todos prefieren ignorar para mantener la cordura. Una novela escalofriante acerca de aquellos que no tienen nada que perder, una historia más real de lo que a muchos les gustaría admitir.


EL AUTOR

Juan Díaz Olmedo nació en Cádiz en 1976, aunque actualmente reside en Sevilla. Es ingeniero informático y trabaja como analista y desarrollador de aplicaciones web. En sus ratos libres (los pocos que tiene) cultiva aficiones como la música, el cine y las artes marciales.

Autor de la novela de culto Marionetas de sangre, de desafortunada carrera comercial pero que ha sido resucitada en formato digital, su carrera se ha desarrollado hasta ahora dentro del género de terror. Es miembro fundador de NOCTE, la asociación española de escritores de terror, y ha sido nominado a los premios Ignotus y Xatafi-Cyberdark en la categoría de mejor relato. Zombi es su primera incursión en la literatura negra, y se puede considerar un exponente del subgénero que el autor denomina bizarre-noir, es decir, relatos viscerales que exploran lo más extraño e insólito de la sociedad y la naturaleza humana. Interesado en todas las formas de la literatura popular, sus influencias van desde Chuck Palahniuk a Patricia Highsmith.

FICHA TÉCNICA

Título: Zombi
Autor: Juan Díaz Olmedo
Serie negra 2
Septiembre 2011
Diseño cubierta e ilustración: Felideus
Tamaño: 14,5*21,5 cm. | 266 págs.
PVP: 16€
ISBN: 978-84-937801-6-6

lunes, 3 de octubre de 2011

PRESENTACIÓN DE "ZOMBIMAQUIA" EN VALENCIA



Zombis en el Bibliocafé

Presentada en Valencia 'Zombimaquia', la última antología de relatos de muertos vivientes de Dolmen

► El acto contó con la participación de cuatro de los escritores


El escritor Rubén Serrano, miembro de la Asociación Española de Escritores de Terror Nocte y compilador de Zombimaquia, antología de relatos centrados en la figura del zombi, ha presentado en Valencia este nuevo volumen perteneciente a la Línea Z de Dolmen Editorial (dedicada en exclusiva a la literatura sobre muertos vivientes).

El Bibliocafé, un espacio de ocio para la literatura y el encuentro con los libros, acogió el acto de presentación, en el que el coordinador del proyecto estuvo acompañado por tres de los escritores participantes en la antología: Lydia Alfaro, Ignacio Javier Borraz y José Vicente Ortuño.

Serrano explicó que «el zombi se ha convertido en el monstruo clásico favorito de nuestro tiempo. Está por todas partes: en el cine, en la televisión, en las páginas de los cómics, en las revistas, las novelas de ciencia ficción y fantasía, en Internet, en los videojuegos, en juegos de mesa, en la música, en el arte... y hasta en las calles de las grandes ciudades, gracias a sus numerosos fans. ¡Si hasta existe un día del Orgullo Zombie!», recalcó.

Zombimaquia (literalmente, «lucha contra los muertos vivientes») viene a sumarse a este fenómeno, pero desde una óptica diferente, «con historias en las que no siempre los zombis llevan las de ganar», destacó el escritor madrileño.


Nota: Puedes encontrar la reseña de Zombimaquia en este blog buscando en Etiquetas o en Entradas Antiguas.

miércoles, 10 de agosto de 2011

ZOMBIMAQUIA. Volumen 4. Entrevista y reseña.




ENTREVISTA A RUBÉN SERRANO

Por: Pilar Alberdi


“Los zombis se han convertido en todo un icono de nuestra cultura popular”

Rubén Serrano (Madrid, 1970) es un escritor y periodista madrileño, autor de obras de género fantástico, ciencia ficción y terror.
Estudió Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid y lleva más de veinte años dedicado a la comunicación. Ha trabajado para el diario ABC y la agencia de noticias EFE. Actualmente, se dedica a la comunicación política, aparte de desempeñar el cargo de jefe de prensa de la Asociación Española de Escritores de Terror Nocte.
Es conocido principalmente por sus relatos de horror, algunos no exentos de cierta polémica, como La Primera Resurrección (en Antología Z, ed. Dolmen), donde sitúa a Jesucristo en medio de una plaga zombi, o La comunidad (en Taberna Espectral, ed. 23 Escalones), basado en el suicidio colectivo de la secta El Templo del Pueblo ocurrido en Guyana en 1978.
Ahora acaba de compilar para Dolmen: Zombimaquia, una nueva vuelta de tuerca en la literatura de zombis.

Rubén, has tenido en tus manos la tarea de antologar Zombimaquia —Antología Z. Volumen 4―. ¿Qué nos puedes decir del trabajo realizado?
Yo diría que Zombimaquia ha sido una de las compilaciones más divertidas que he hecho nunca, al disfrutar de la lectura de tantas buenas historias sobre zombis y tener la oportunidad de trabajar con autores tan destacados como el estadounidense Mike Resnick, diversos miembros de Nocte, la Asociación Española de Escritores de Terror, o con escritores pertenecientes al portal digital Horror Hispano, aparte de otros autores independientes.
Un trabajo que, por supuesto, no terminó ahí: tras la labor de compilación, Dolmen Editorial puso en marcha a su mejor equipo para corregir, maquetar e imprimir un libro de más de trescientas páginas que, a pesar de integrarse en su colección de antologías Z, ofrece una apariencia distinta y bien diferenciada de sus predecesores, especialmente gracias a esa impactante imagen de portada creada por el destacado dibujante Alejandro Colucci.
Y ahí está el resultado.

¿Por qué el título Zombimaquia?
Zombimaquia (o lucha contra los zombis) es un término que ha habido que inventar para tratar de englobar en él los diferentes relatos que forman la antología y dar así unidad al volumen. Y es que no son las típicas historia de supervivientes acosados por los muertos andantes, sino que los relatos nos hablan de cómo los humanos luchan contra el problema, a veces a tiro limpio; otras, sometiendo y esclavizando a los propios zombis.

¿Hubo unos criterios determinados para la elección de cuentos o de autores?
Si bien a algunos autores se les contactó directamente para invitarles a participar, el resto de relatos fueron seleccionados a través de una convocatoria abierta, en la que los escritores, veteranos y noveles, hubieron de demostrar tanto su calidad literaria como su originalidad a la hora de abordar y narrar la historia.

¿Mantiene esta antología el mismo número de participantes que las anteriores?
Los cuatro volúmenes publicados hasta ahora dentro de la colección Antología Z suelen incluir un número de participantes más o menos similar, que oscila entre los 15 y los 20 relatos.

¿Qué valoras más en un relato? ¿La estructura, el argumento, el tema, el carácter de los personajes…?
Lo que más valoro de cualquier historia es que sorprenda, que su trama recorra senderos impredecibles o dé un giro inesperado al final. Adoro las historias diferentes, ya sean en su fondo o en su forma. Una estructura innovadora puede ser tan atractiva como una trama inspirada y asombrosa.

¿Crees que mujeres y hombres escriben cuentos de zombis diferentes o hay un modelo o varios de cuentos zombis que se mantienen como un referente para la literatura zombi? Si es así: ¿cuál sería ese o esos antecedentes según tu criterio?
No creo que existan diferencias de género a la hora de abordar la temática zombi.
El zombi moderno (distinto del muerto viviente de las antiguas historias de vudú) procede del cine y no de la literatura. Es el zombi de las películas del cineasta George A. Romero, el cual definió con su visión particular las que serían las características de los zombis: son muertos que han vuelto a la vida, sin mucho raciocinio, y cuya única motivación es alimentarse con la carne de humanos vivos.

En esta antología estamos en presencia de cuentos desarrollados en ambientes muy diferentes. Unos tienen referencias clásicas, otros actuales; los hay que suceden en un convento de monjas, en un barco, en un hospital... No me extiendo porque la lista sería larga.
Y te dejas los mejores: el que sucede en un plató de televisión, con luchas de gladiadores entre humanos y muertos vivientes, o el que convierte la ciudad de Barcelona en un parque temático de zombis. También tenemos a un asesino que, gracias a estos seres putrefactos, puede cazar con total impunidad; a muertos andantes que bailan para rodar la coreografía de Michael Jackson en Thriller; o a Pat Morita, el actor que interpretaba al Sr. Miyagi en Karate kid, volviendo a la vida para vengarse de Will Smith por su remake de esa película. Y no olvidemos el relato de Resnick, donde un cobrador de apuestas utiliza a un zombi para animar a pagar a los morosos.
Todas las historias son peculiares y todas tienen su propia idiosincrasia. Ése es el rasgo distintivo de la antología: su singularidad y originalidad.

Me llamó la atención que en el conjunto de los cuentos hay algunos que integran temas feministas o antifeministas. El tuyo, yo lo situaría entre los primeros, ya que el personaje de Alba hasta el último minuto de su vida intenta conseguir el objetivo profesional que se había propuesto y que habitualmente conseguían sus compañeros varones.
Las historias de zombis son, en realidad, historias sobre nuestro mundo cotidiano. Nos hablan —ya se de forma simbólica o explícita— de las clases sociales, el racismo, el consumismo, la represión, la corrupción, los avances tecnológicos, las relaciones personales… Y, sobre todo, nos muestran que el mayor enemigo no siempre son los zombis, sino los propios seres humanos.
En mi relato, la protagonista, presionada por profesión, intenta hacer su trabajo hasta el final. El mensaje es: “llevar el trabajo al límite puede destruirnos”.


Empiezas el prólogo de Zombimaquia diciendo que los zombis están de moda. ¿Crees que a la sociedad moderna le gusta recrearse en lo macabro?
Los zombis están ahí, a nuestro alrededor, en todas partes. Disfrutan de gran éxito en la literatura, el cine y los videojuegos. Se han convertido en todo un icono de nuestra cultura popular.
Ciertamente, lo zombi vende. Pero yo creo que es debido a que —como apuntaba antes— son un reflejo de nuestra propia sociedad y de nosotros mismos, más que a la atracción de la gente por la muerte y lo macabro.

Por último, quiero agradecerte tu disposición para esta entrevista. Os deseo a ti y a Dolmen éxito con el libro, y lo mismo a los autores que participan.
Siempre es un placer poder acercar a los lectores los pequeños secretos del proceso creativo y editorial, y animarles a sumergirse en nuestras ficciones.
Gracias por tus buenos deseos y esperemos que se cumplan todas las expectativas que hemos puesto en este libro.


RESEÑA DE ZOMBIMAQUIA. Volumen 4. Editorial Dolmen.

Por: Pilar Alberdi


¿Qué es un zombi?, dices mientras clavo
mi estaca en tu pupila azul.
¿Qué es un zombi? ¿Y tú me lo preguntas?
Zombi... eras tú.


Parafraseando a Bécquer... Y sin poder evitar una sonrisa y un guiño de complicidad con el lector, estas palabras dan paso al prólogo de Rubén Serrano. Nos dice el autor: «Después de darle muchas vueltas, creo que la forma correcta de empezar esta presentación es arrancar con una premisa aplastante: los zombis están de moda. A pesar de su repulsiva apariencia y de sus desagradables costumbres, la figura del zombi se ha convertido hoy en todo un icono que forma ya parte de nuestra cultura popular». Y añade: «Los zombis están por todas partes: en el cine, en la televisión, en las páginas de los cómics, en las revistas, en las novelas de ciencia ficción y fantasía, en Internet, en los videojuegos, los juegos de mesa, la música, el arte...» (…) En definitiva, existe toda una cultura zombi; un fenómeno que prolifera aunque pocos comprenden». Y no son los mismos, como muy bien indica Rubén, los zombis de la literatura y la cinematografía anterior que los de ahora. Si aquellos, torpes; éstos, cada vez más inteligentes.


Me gustaría destacar de esta Antología Z. Volumen 4. ZOMBIMAQUIA la variedad de los argumentos. En cuanto a las temáticas, Rubén Serrano ha tenido buen cuidado en que los relatos con temática similar no estén juntos.

Comienza la antología con el cuento titulado Condemnata Regina de Elena Montagud. Apoyándose en la cultura clásica griega y en su modo de escritura, la escritora consigue con una prosa elegante y austera el fin que se propone. El relato se abre con unas palabras de Virgilio, tomadas de su obra La Eneida, mientras la historia nos va contando cómo llegará Elisa de Tiro, reina fenicia, a vivir los últimos momentos de su vida. «Miras Dido insensata miras. Y el terror inunda tus pupilas. Tropiezas con el escalón que pudo ser el que marcase la diferencia. Caes al suelo. La sangre sale despedida de tus labios. Tus dientes se quiebran (…)»

Desde la anterior evocación clásica, el siguiente cuento de Tony Jiménez nos lleva a territorio cheyenne. Su relato se titula: La muerte del hombre blanco. Aquí tenemos todos los ingredientes de una historia del Far West: la casa de citas, la taberna, y el rencor entre vencidos y vencedores. Es esa clase de historia en la que enseguida te pones del lado de los perdedores. «El primero que llegó al sheriff le arrancó media mandíbula de un solo movimiento; otro mordió repetidas veces su nuca, provocando chasquidos nauseabundos difíciles de olvidar; dos más le mordieron las rodillas...»

Oma Claudine de José Luis Cantos Martínez es un cuento que se desarrolla en un convento. Escrito en primera persona presenta un alto número de personajes. No dudamos en acompañar a estas hermanas consagradas y a las novicias en el descubrimiento de lo que sobrevendrá, esa peste oculta bajo el manto del secreto impuesto. José Luis Cantos Martínez se ha tomado buen trabajo en recrear el ambiente, y utiliza con ese fin variados recursos estilísticos. Así podemos hacernos idea de esas monjas que van de un lado a otro arrastrando el «susurro negro de los hábitos» o que a veces parecen «estatuas negras». «Solo con recordar —y que Dios me perdone— mis dedos untando el líquido oscuro sobre aquella piel reblandecida y caliente, llena de laceraciones que se abrían a cada segundo, sentía subir por mi pecho una náusea amarga».

De la mano de José Vicente Ortuño haremos un viaje en barco. El título del cuento: Un crucero de terror. «Nos organizamos en grupos de cinco con un tripulante como guía y salimos a buscar supervivientes». Para conseguirlo contarán, además, con los consejos de un escritor de ciencia ficción.

El quinto cuento Puta roja de Darío Vilas, nos acerca al Madrid de la posguerra. El día: 23 de junio de 1939. El lugar: Edificio de la Gobernación. «”Puta roja”. Las palabras se repiten en su cerebro adormecido mientras sigue engullendo a su presa, pero no puede comprenderlas». Darío Vilas resuelve el final de este cuento en pocos renglones, y como siempre nos sorprende.

Como ven, hemos pasado en tan sólo cinco cuentos de la vieja Grecia, al Far West, a un convento en un lugar no determinado, a la Guerra Civil Española... En este sexto cuento Las últimas horas de Gervasio López volvemos a un lugar indeterminado pero que reconoceremos de inmediato porque está tan cerca de nuestras vidas. Es una historia de amor y zombis. Quizá no en vano ella se llama Elisa. «Al instante recordó un “te quiero” susurrado, un “te quiero” levemente mecido por los alientos de la pasión, cálido y vívido, que parecía acariciar sus labios como un tul y colarse para siempre en su corazón».

Carne tabú de Fermín Moreno González nos empuja a hacernos conscientes del temor al canibalismo que subyace en el inconsciente colectivo. «La contención es lo que nos mantiene unidos como tribu, como seres racionales. No todos lo consiguen». Escrito en primera persona nos llega profundamente el personaje de David.

Tiempo muerto de Sergi Llauger es un cuento ambientado en Nueva York, en una competición de «lucha libre». Unos periodistas retransmiten el acontecimiento... Se trata del programa: Tiempo Muerto. «Porque no me cansaré de repetirlo; así es la caza. Así es como nos gusta. Esto es Tiempo Muerto, señoras, señores. Aquí no hay reglas».

El noveno cuento, Un testigo invisible de Ramón López, nos lleva a un hospital... El autor nos arranca una sonrisa mientras nos habla de los problemas de una pareja y de la necesidad que tiene el hombre de hacer lo que sea necesario para mantener relaciones sexuales con su mujer. «—¡Que se nos va! —oí gritar a un médico—. ¡Desfibrilador! ¡Más! Y fue entonces cuando una sacudida me hizo saltar de la camilla entre un inmenso dolor. Otra más. Y los huesos parecieron romperse. ¡Otra más! Y esta fue la última».

Cambio de presa de María Delgado tiene un interesante planteamiento: si soy un psicópata ya encontraré nuevas víctimas sean del tipo que sean. Escrito en primera persona, sabremos detalles de lo que ocurre una noche del año 2.020. «Pues bien, allí estaba yo, armado con un revólver, una enorme navaja del ejército y una porra de plomo, patrullando un área de bosques cercana a la gran metrópoli».

Ignacio Javier Borraz con ZOMBCN nos lleva a una Barcelona plagada de zombis donde unos desesperados sobrevivientes se enfrentan a situaciones jamás pensadas antes. ¿Por qué razón se jugarían la vida pudiendo retrasar el encuentro con los zombis? «Las expediciones habían sido comunes durante todo el tiempo que llevaban allí. Por norma general consistían en el avituallamiento de alimentos y otros productos de primera necesidad». Sin embargo para exponer tu vida, siempre tiene que haber una razón

La venganza de Erika de Lydia Alfaro nos muestra a un grupo de amigos en lucha contra los zombis. Indudablemente uno no nace preparado para ver morir a sus mejores amigos. «Su boca comenzó a abrirse en un rictus de rabia. Parecía un animal preparándose para matar a su presa y, en realidad, eso era lo que estaba ocurriendo. Mostrando su nueva dentadura afilada se lanzó implacable hacia el rostro de Ariadna».

Si ya tomamos buena nota de lo que puede ocurrir en estos avatares de la lucha contra los zombis, veamos a continuación lo que sucede en el cuento Es peluznante de Senén Lozano. Lo maravilloso de esta historia es que los torpes zombis de esta historia bailan con una habilidad inimaginable. «Ahí los tienes, repitiendo todos los movimientos continuamente. Una y otra vez. Y no se cansan nunca; los puedo tener un mes seguido con la coreografía, que estarían los treinta o treinta y un días dale que te pego. Bueno, en febrero veintiocho, o veintinueve, si es bisiesto. Me canso solo de pensarlo. Pero ellos no, ellos no se cansarían».

En Génesis Zombi de Loli González Prada el ejército salvador puede llegar a ser tan peligroso como los zombis. Una mujer, un sacerdote, un niño, un hombre que no quiere dar su nombre, y un soldado intentan escapar de la ciudad. La historia la cuenta Silvia, mientras busca papel donde escribirla: «Me llamo Silvia, mi ropa son harapos y mi cabello largo y negro parece una fregona enmarañada...»

Nuria C. Botey firma The karate kiz. En esta historia los actores Pat Morita y Will Smith se mezclan en una disputa, y todo por una película... «Quién sabe cuánto tiempo llevaba vagando entre nuestro mundo y el de los muertos, urdiendo la estrategia que le permitiría conseguir su ansiada reparación. Y estaba a punto de lograrlo».

Z de Pedro Escudero Zumel nos lleva al tiempo de la Guerra Civil. Y aunque hay gente que es inmune a la plaga, para ellos, la vida tampoco es mejor. «Parecerá mentira si los ves corriendo hacia ti por una cuesta empinada, gruñendo, pero a los Z no les gustan los terrenos montañosos, ni las pendientes. Prefieren el terreno llano. Y los agujeros. Y los subterráneos».

Julián Sancha Vásquez nos presenta en Me llamo Marcos y soy de Cádiz, «La historia de Marcos el gaditano y su novia zombi». «Si bien allá por el siglo XXV la historia de Marcos el gaditano y su novia la zombi fue guardada con particular cariño por los diversos círculos de feministas que acabaron dominando el mundo, no fueron menos importantes los diversos testimonios artísticos que se dejaron como legado para la historia de la tacita de plata».

En Movimiento de cámara de Rubén Serrano, la historia avanza a través de distintos personajes. Alba es la intrépida reportera incapaz de dar su vida por grabar un buen reportaje hasta que comprende que se le presenta la última oportunidad... «Los vio venir, pero esta vez no retrocedió. Lo tenía decidido: no volvería a huir...».

Magnus Dagon en su cuento Gizmo – San Feedback trata del tema de las no muertes y las muertes verdaderas. «Muchas veces Croft Spivak deseó morir. La Muerte Verdadera, no esa máscara que ya había conocido tantas veces antes».

Y así llegamos al final del volumen con Una chica muy especial de Mike Resnick. En esta historia los zombis son utilizados para cobrar las deudas de los morosos. «De repente un extraño olor golpeó mi nariz y, sin siquiera levantar la mirada, pensé “Hola, punto muerto”, porque un tufillo me decía que era Punto Muerto Dugan, quien simplemente no podía ocultar el hecho de ser un zombi».

Son más de trescientas páginas que, si les sucede como a mí, leerán de corrido, eso sí con algún pequeño descanso intermedio. Como siempre ocurre ante una antología habrá unos cuentos que te gusten más o menos, pero esto ya depende del criterio de cada cual, yo simplemente me limito a señalar mi satisfacción por la lectura y la calidad de los trabajos que la integran.

jueves, 30 de diciembre de 2010

RESEÑA DE "LA GUERRA DE LA DOBLE MUERTE" DE ALEJANDRO CASTROGUER



Por Pilar Alberdi

«Los hambrientos abarrotan la explanada de la estación de Santa Justa. Sacrifican su individualidad en favor de la raza. Miles de brazos y una sola idea, carne fresca: dos palabras que crecen como un tumor dentro de la cabeza. (…) Los hay que arengan a la multitud subidos sobre los cadáveres de los coches, erigidos en minaretes desde los que guiar a los que esperan una orden para comenzar el verdadero asalto. Lanzan proclamas incendiarias, la palabra medio regurgitada, ronca, áspera: '¡Muerte!, los dos puños al cielo de Sevilla'»
Estos son algunos de los parráfos con los que nos adentramos en la novela La guerra de la doble muerte de Alejandro Castroguer publicada por Editorial Almuzara, que ya en su día publicó Guerra Mundial Z de Max Brooks, inaugurando el género en España, abriéndose a un nuevo sector de lectores y con muy buenos resultados.
La novela de Alejandro Castroguer, no es una novela más del género, en el sentido de que busque recrearse en los resultados de la deformación, la putrefacción y el temor a la muerte que habita en los temores más íntimos de la mayoría de la gente. Más en esta época en que ser o parecer joven está de moda.
En la sinópsis se nos indica que esta es la historia de tres resucitados no-muertos de nombres Judith, Jonás y Salvador. Y una sinópisis, necesita ser eso, además de un resumen bien conseguido, una invitación a la lectura. Pero... ¡cuidado con esa idea tan en boga de que las lecturas deben ser fáciles o estar hechas a nuestra medida, nuestro gusto, y nuestra edad! El libro de Castroguer exige la participación del lector para que se sume a buscar las piezas del puzzle que faltan, para que intente adivinar ante la niebla que cubre los flashbaks, y que vamos viendo más claras, a medida que pasamos página y avanzamos en la lectura. Mientras la historia se cuenta en tercera persona, estaremos oyendo en primera persona lo que piensan unos seres que no saben quiénes son porque apenas recuerdan nada y cada día es una lucha con los espejos en los que no desean verse, con sus cuerpos a los que no logran acostumbrarse, con sus necesidades a las que tendrán que satisfacer mal que les pese. Porque incluso los no-vivos necesitan alimentarse. Dice Judith: «Únicamente el nombre de una extraña, desgranado cuenta a cuenta en un rosario, Judith, Judith, Judith» Luego iremos sabiendo quién fue ella, qué profesión tenía, qué nombre, en qué situación se encontraba cuando sucedieron los hechos que acabaron en su muerte y posterior resucitación a la no-vida en la que se debaten los zombis, pero Judith, al igual que el resto de los personajes de su clase seguirá ignorando prácticamente la totalidad de su pasado. Y lo mismo sucederá con el resto de los personajes, incluido el doctor Arvo Hawtorne, más conocido por Ahab (veáse la referencia literaria ímplicita con el capitán del barco que dará caza a la ballena en Moby Dick), y que actúa como el jefe supremo de los Durmientes, seres con más poder aún que los propios zombis. Y como siempre, la maravilla, al menos para mí, es que sin otros personajes que aparecen a su lado, aunque en un segundo plano, la altura dramática de los principales, sería imposible. ¿Qué sería de Jonás, sin su madre y luego sin Judith que será la que le de el nombre de Jonás? ¿Que sería de ésta mujer, Judith, quizá uno de los personajes con más crecimiento ético de la obra, sin su ex marido, y la nueva familia que éste formó pese a que para ellos pueda suponer una desgracia el encuentro con Judith? ¿O la de Salvador, el investigador privado al que los amigos llamaban Fetuccine, y que se ganaba el pan revolviendo en los trapos sucios de las personas? ¿Qué sería de él,sin ese perro, de nombre Óscar, que por casualidad acaba acompañándolo cuando se producen los primeros brotes de infectados en Sevilla, o sin ese grupo de jóvenes que lo obligan a escapar con ellos en un Chrysler Voyager por una carretera desierta rumbo al Mediterráneo? ¿Sentiríamos la lejana maternidad posible en la actual situación de esa joven Judith, que alguna vez se llamó Angélica, cuando al mismo tiempo que se ve impelida a atacar a los seres que forman una familia, es capaz de salvar a uno de ellos, y protegerlo incluso de sí misma y de otros contagiados como ella?

La obra recrea lo que podría pasar de un día para otro en una situación similar. Gente escapando, coches detenidos, desabastecimiento, abandono de las buenas costumbres y olvido de la moral a cambio de sobrevivir... ¿Han leído ustedes Suite francesa de Irène Némirovsky? Verán en ella lo que es la huida de una ciudad asolada por la guerra, en la que todos huyen sin saber a dónde, creyendo que en alguna parte está la salvación.
Una plaga. Un nuevo virus... Lo hemos vivido recientemente con la Gripe A. Con nuestros ojos hemos visto los controles en los aeropuertos, las detenciones de tránsito obligatorias, el internamiento en centros hospitalarios, el cierre de fronteras... No ocurrió hace años, apenas ayer. Y el miedo a una pandemia, impone más miedo aún. Ahí están también los actuales controles en los aeropuertos por temor a posibles atentados terroristas. Ese control a las personas en que todas acaban siendo sospechosas. Lo que produce el miedo, es es el contagio del miedo, como bien deja ver Castroguer en la novela.
Sin duda, al menos para mí, este entramado de líneas fronterizas, desencadenadas cuando suceden los hechos y determinadas por las circunstancias del lugar en que cada uno vive, muestran lo difícil o imposible que puede ser para los personajes, ya sean zombis o personas no contagiadas, el conseguir pasar a la parte de territorio no afectado. Me lo recuerda también esa carretera de la costa, que sale hacia Almería, la 340, y en donde se bombardea a los infectados que intentan escapar por ella. Esas imágenes traen recuerdos de la Guerra Civil Española, pero también de todas las guerras.
El miedo no va sólo, va siempre unido al poder y este busca obtener fines, olvidando los medios. En la novela se le dice a los infectados a través de megafonía que su enfermedad tiene sanación y que se reúnan en un estadio de fútbol. No tan lejano en el tiempo queda el recuerdo del dictador chileno Pinochet llenando estadios de fútbol con aquellas personas a las que por creer en la democracia consideraba opositores. Quienes tenemos un poquito de memoria histórica sabemos de estos lugares convertidos en reunión de víctimas que serán llevadas al matadero o al destierro. Puede que se los haya llamado «campos de refugiados o de trabajo», igual da, acabaron siendo «campos de exterminio», laboratorios de experimentación.
Del mismo modo que surgen aquí y allá altos muros en el mundo para separar pueblos y culturas; a los expoliadores de los expoliados; así de altas son las murallas de ese bastión llamado la Ciudad Negra que Castroguer sitúa junto al mar y en Andalucía. Porque la literatura, si algo es, es un espejo de la sociedad y de las personas. Y quien crea que algún género de la literatura, incluso este en que el terror se une al fenómeno zombi, puede llegar a ser más superficial que otro, se equivoca. Decía E. M. Forster, el autor de Una habitación con vistas o del ensayo teórico Aspectos de una novela, que la literatura se compone de dos elementos: tiempo y valores. Así es, como la vida misma. Tiempo y valores. No somos otra cosa en el devenir de nuestros días. Son nuestra mayor preocupación, y marcan el sentido de los días que vivimos, definen nuestras acciones y dan lugar a nuestro comportamiento.
En La guerra de la doble muerte, la obra de Alejandro Castroguer, hay escenas que bien merecerían formar parte de una película, aunque ya haya sido así en la imaginación del escritor, como por ejemplo la relación de amor-odio y la terrible complejidad de dependencia mutua que mantienen Jonás y su madre, y el nuevo rol que jugará una persona como Judith que llega inesperadamente a sus vidas. Otra escena que recuerdo porque vivo a un paso de la capital de Málaga, es la descripción de lo que sucede en la zona de la Plaza de la Marina, junto al puerto,cerca del jardín botánico, en ese alto edificio abandonado de la aseguradora La equitativa en la que los zombis han visto una posible presa que ha sobrevivido hábilmente, sin ser vista hasta entonces, y lo ha conseguido cazando aves en una azotea. Poco después subirán a por ella. Pero la fidelidad al lugar, al espacio físico conque están escritas esas imágenes es importante, casi se puede oler el aroma del mar y oír los chillidos de las gaviotas sobrevolando el puerto. Ahí está como podemos verla diariamente, la estatua de Hans Christian Andersen, junto a la que se sientan los turistas extranjeros después de dar una vuelta por la ciudad y antes de volver a esos cruceros que los llevarán nuevamente por el Mediterráneo de regreso al puerto de partida. Otras imágenes muy logradas son las del encuentro de los zombis que escapan de una Andalucía infectada e intentan ir hacia el norte, topándose camino de Despeñaperros con los carros de combate.

Si bien en la primera mitad del libro el narrador se mantiene más distante, en la segunda parte su cercanía nos trae la sombra del autor, y se vuelca, a través de los personajes, en una muestra de sus preferencias literarias, musicales y cinematográficas, y en una continúa serie de citas sobre esos temas.
Hay metáforas y comparaciones que saltan por las páginas y que nos hablan de la formación como maestro de Alejandro y de sus muchas lecturas. Intentaré poner aquí algunos ejemplos: «Notario del fraude es el cinturón que apura el último ojal para evitar la caída de los pantalones»,«La persiana no resiste. La rata del estómago, tampoco», «Uno de los tipos arrastra las tijeras de unas piernas dejando un rastro de sangre y vísceras en el asfalto», «una sonrisa sin labios y los ojos secos como pozos en un desierto», «Hambre. Es algo antiguo y nuevo. Cada diente cobra vida, como una espada desenvainada o una pistola amartillada», «desde dentro del submarino de su cuerpo», «una hoguera desmedida, una hoguera en los ojos», «el derrumbe de la noche», «Un nuevo aguacero saluda el lunes 1 de febrero», «un hervidero de miedos», «se alquilan amistades a bajo coste», «el traje diario de la hipocresía».
Por último, y volviendo al tema de las referencias literarias, musicales y cinematográficas, me gustaría señalar el contraste que me ha producido esa terrible desmemoria de los afectados intentando sobrevivir en un mundo caótico, mientras intentan recordar algún dato que les permita saber quiénes fueron en el pasado. Contraste acentuado por el narrador que ofrece datos muy concretos de la vida diaria como son las marcas de los coches (a los que se nombra también por su modelo), y lo mismo sucede con los aviones y los helicópteros de combate, o las armas. Se citan también nombres de revistas; de juguetes; de grupos musicales y canciones; de películas, actrices y actores; y no faltan referencias a escritores, pintores e ilustradores, así como a sus obras. La variedad de las citas puede ir desde La Biblia a través de los nombres de los personajes u otro tipo de simbologías, pasando por Dante Alighieri, Gustavo Doré, Herman Melville, llegar a Saint de Exaupery y su obra El Principito, o a Vargas Llosa y La ciudad y los Perros.
Y aunque se intente desde el gobierno, y desde los medios de comunicación afirmar que el número de afectados remite y que la epidemia ha sido controlada, nosotros sabemos, porque siempre sabemos más que los personajes, que la plaga sigue su curso y que no se detendrá.



Enlaces:
Página web de
Alejandro Catroguer
Blog de la Guerra de la doble muerte
Editorial Almuzara

miércoles, 3 de noviembre de 2010

LOS ZOMBIES NO SABEN LEER



Número 4. Otoño 2010.

Una interesante publicación pulp que pasa revista a los temas de terror y la ciencia ficción e incluso a los temas más sencillos de los que está hecha nuestra vida.

En cuanto a los participantes los responsables de la revista manifiestan:

«En LOS ZOMBIES NO SABEN LEER no hay relato ni autor que valga menos que los anteriores si tienen el mismo espíritu, el de la autenticidad, si son capaces de soltarse de las cadenas de las modas y de la herencia para escribir lo que quieren escribir porque saben que, al crear, son libres y eso es, en definitiva, de lo que trata el pulp, de soltar lo que tienes dentro».

Entre quienes la hacen posible, J. L. Mankiesvicz como editor , quien además junto a Julián Echolls son responsables del hosting; Félix Royo como director creativo y de diseño. Ilustradores: David Benjamín Orozco Gutiérrez (Portada), Víctor Gutiérrez Morate y Sandra Lara.Asistentes de dirección: Ignacio Cid Hermoso y Óscar Torres Gestoso

En este número han colaborado con sus artículos, los siguientes autores: David Jasso, Ana Morán Infiesta, Gerard Puig, Antonio Quintana Carrandi y Alberto Sabreviela Falces.

Los escritores que han dado vida a los relatos son: J. L. Mankiewicz, Julián Echolls, Óscar Torres Gestoso, Isaac González Tenreiro, Ignacio Cid Hermoso, Rubén Nicolás Alarcón, Manuel Mije, Pancho Mardones, Lao Cabas, David Jasso, y Félix Royo.

Desde este ENLACE tenéis un acceso directo a la lectura de este interesante número.

sábado, 9 de octubre de 2010

LA GUERRA DE LA DOBLE MUERTE

PRESENTACIÓN EN MÁLAGA



Ayer por la tarde en un ambiente acogedor como es la librería En Portada, en pleno corazón de Málaga, se realizó la presentación del libro La guerra de la doble muerte del autor malagueño Alejandro Castroguer
Para mí fue un placer estrechar su mano, compartir junto a su gente este momento especial, y desearle toda la suerte que se merece.
Su libro ya se encuentra en las principales librerías del país, y es una buena noticia saber que la Editorial Almuzara apuesta fuerte por un autor español.



Pionera en España por haber provocado el brote y la infección de la literatura zombi a miles lectores gracias a la publicación de los dos títulos más representativos de este género a nivel mundial, Guerra Mundial Z y Zombi. Guía de supervivencia del norteamericano Max Brooks, la editorial Almuzara vuelve a la carga, esta vez con una nueva obra de un autor nacional, Alejandro Castroguer, titulada Guerra de la doble muerte.

Una historia narrada con la impronta de la calidad literaria que este sello exige a este género, devaluado en algunas ocasiones, en la que el autor logra con su pluma contar de forma magistral una verdadera pesadilla sobre el apocalipsis.

Así, Castroguer narra como a mediados de diciembre de 2009 unos asesinatos en Hornachuelos saltan a los titulares de los periódicos y los telediarios a pesar del intento de ocultación del Gobierno, quien lanza una cortina de humo en torno a la violencia de los ataques, a pesar de que éstos rozan el canibalismo. La crisis de la doble muerte estalla en toda Andalucía sin que nadie sepa responder a la misma con presteza.

Unos meses más tarde, en febrero de 2010, el estallido de la economía mundial apenas puede disimular la gravedad de lo ocurrido en Andalucía durante las últimas semanas. Se barajan diversas hipótesis como desencadenantes de la resurrección de la carne, pero lo único cierto es que el hambre se ha extendido por las ocho provincias.

La Guerra de la Doble Muerte es la historia de Judith, Salvador y Jonás; la lucha de estos tres resucitados que, tras perder la práctica totalidad de sus recuerdos, han de enfrentarse a un mundo que no entienden y del que habrán de huir, aunque desconozcan cómo y hacia dónde. Mientras tanto, la propaganda desplegada por las fuerzas militares habla de la Ciudad Negra como única posibilidad de salvación... y de una supuesta cura de la enfermedad.

La multitud de zombies que transitan por sus páginas personifican en carne viva, nunca mejor dicho, una de las paradojas más terribles del capitalismo: sólo hay vida después de la muerte.

Alejandro Castroguer nació en el año 1971 en Málaga. Es diplomado en Magisterio (Ciencias Humanas). Escribe desde muy pequeño, y con su primera novela, Jeroglíficos de muerte y salvación quedó entre los finalistas del Premio Ateneo de Sevilla del año 1992.

Ha publicado varias novelas como Una raya de tiza, Soñaba que soñaba, Las puertas, Horizonte Marfil, Carcoma El bailarín de claqué y La octava noche. Castroguer pertenece al grupo literario Sevilla escribe con quien aparecerá en una próxima antología de la mano de su relato El noctívago demacrado en el que rinde homenaje a Lovecraft.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

LA GUERRA DE LA DOBLE MUERTE


Presentación en Málaga:
Libreria En Portada
C/ Nosquera, 10
El próximo 8 de octubre a las 19:30


Allí estaré. Unos días después espero presentar en este blog la reseña de la obra de Alejandro Castroguer. Mientras tanto, les dejo con la nota de Editorial Almuzara.


Pionera en España por haber provocado el brote y la infección de la literatura zombi a miles lectores gracias a la publicación de los dos títulos más representativos de este género a nivel mundial, Guerra Mundial Z y Zombi. Guía de supervivencia del norteamericano Max Brooks, la editorial Almuzara vuelve a la carga, esta vez con una nueva obra de un autor nacional, Alejandro Castroguer, titulada Guerra de la doble muerte.
Una historia narrada con la impronta de la calidad literaria que este sello exige a este género, devaluado en algunas ocasiones, en la que el autor logra con su pluma contar de forma magistral una verdadera pesadilla sobre el apocalipsis.



Así, Castroguer narra como a mediados de diciembre de 2009 unos asesinatos en Hornachuelos saltan a los titulares de los periódicos y los telediarios a pesar del intento de ocultación del Gobierno, quien lanza una cortina de humo en torno a la violencia de los ataques, a pesar de que éstos rozan el canibalismo. La crisis de la doble muerte estalla en toda Andalucía sin que nadie sepa responder a la misma con presteza.



Unos meses más tarde, en febrero de 2010, el estallido de la economía mundial apenas puede disimular la gravedad de lo ocurrido en Andalucía durante las últimas semanas. Se barajan diversas hipótesis como desencadenantes de la resurrección de la carne, pero lo único cierto es que el hambre se ha extendido por las ocho provincias.



La Guerra de la Doble Muerte es la historia de Judith, Salvador y Jonás; la lucha de estos tres resucitados que, tras perder la práctica totalidad de sus recuerdos, han de enfrentarse a un mundo que no entienden y del que habrán de huir, aunque desconozcan cómo y hacia dónde. Mientras tanto, la propaganda desplegada por las fuerzas militares habla de la Ciudad Negra como única posibilidad de salvación... y de una supuesta cura de la enfermedad.



La multitud de zombies que transitan por sus páginas personifican en carne viva, nunca mejor dicho, una de las paradojas más terribles del capitalismo: sólo hay vida después de la muerte.



Alejandro Castroguer nació en el año 1971 en Málaga. Es diplomado en Magisterio (Ciencias Humanas). Escribe desde muy pequeño, y con su primera novela, Jeroglíficos de muerte y salvación quedó entre los finalistas del Premio Ateneo de Sevilla del año 1992.



Ha publicado varias novelas como Una raya de tiza, Soñaba que soñaba, Las puertas, Horizonte Marfil, Carcoma El bailarín de claqué y La octava noche. Castroguer pertenece al grupo literario Sevilla escribe con quien aparecerá en una próxima antología de la mano de su relato El noctívago demacrado en el que rinde homenaje a Lovecraft.