lunes, 5 de julio de 2010

LA VERSIÓN DEL MINOTAURO



LA VERSIÓN DEL MINOTAURO de Francis P. Fernández

Entrevista: Pilar Alberdi


Tan sólo faltan unos días para la presentación del libro La versión del Minotauro de Francis P. Fernández. El autor es doctor en Filosofía, experto en criminología y psicología. Profesor en la universidad Camilo José Cela. ¿La editorial? No podía ser otra que NGC ficción! El lugar dónde se presentará oficialmente la obra: Asturias, dentro del marco de la Semana Negra. Así que, buen momento para acercarnos al libro y al autor, antes de formalizar una reseña en toda regla. Por cierto ¿qué les parece la portada de Felideus? Una maravilla, ¿verdad?

Pero leamos lo que nos anticipa la editorial:

Una guerra innecesaria. Un ex presidente del gobierno acosado por la justicia internacional y las sombras del pasado. Una viceministra ávida de poder. Una conspiración urdida en las cloacas del Estado para eliminar a varios oficiales incómodos para el poder. Un mercenario psicópata con el alma castiza y muchas lagunas mentales. Un militar íntegro que intenta detener la matanza, aun a riesgo de desatar una tormenta política de consecuencias inimaginables…
Todos estos personajes, y algunos más, se adentran en el laberinto de los servicios secretos españoles. Un laberinto desquiciado cuyo hilo de Ariadna lleva muchos años cercenado, y en el que ni siquiera el Minotauro comprende las reglas. Ésta es su versión, tan delirante, divertida y escalofriante como los acontecimientos que relata.


Supongo que después de ésto ya estamos sumamente interesados en salir corriendo a comprar el libro, pero por si aún tuviésemos la duda de si hará calor en la calle o si deberíamos coger el paraguas ya que los del telediario dijeron que llovería, leamos lo que dice David Panadero en la Revista Prótesis sobre la trama:

Básicamente, emplea tres elementos para elaborar una trama compacta, que no se pierde en detalles accesorios: un asesino profesional al acecho, que está eliminando a un grupo de militares; un militar que, traumatizado después de su estancia en Bosnia, debe poner fin a esta carnicería; un político –el expresidente del Gobierno, nada menos–, que quiere limpiar su reputación después de haberse embarcado en una guerra que supuestamente ocurrió en Siria, pero que imaginamos inevitablemente en Iraq, de la mano de los Estados Unidos…

Bueno, ahora que no nos quedan dudas de que debemos salir corriendo a la calle a comprar el libro, o sentarnos frente al ordenador para pedirlo online, comienza la entrevista.


Primero voy a pedirle a Francis que nos aclare quién es él.

Un testigo. Siempre lo he sido. Tengo algo de mirón, me gusta observar y tratar de analizar para comprender lo que pasa, porqué se dice lo que se dice o se hace lo que se hace. No sólo me interesa la pregunta por “lo real”, sino también y sobre todo me interesan los mecanismos de “la realidad”. Me ha pasado desde siempre y creo que fue por eso que, de manera inevitable, terminé doctorándome en filosofía. Y soy poco más que esto: alguien que presta atención a lo que ocurre a su alrededor.

En segundo quién creen los demás que es él. Esta es siempre la parte más secreta de los demás...

Los demás… Vaya pregunta. A mí siempre me ha parecido que los demás creen que soy más inteligente de lo soy en realidad. En realidad paso por listo, pero no tiene mérito. Ya te lo he dicho antes: lo que pasa es que me fijo y observo lo que otros ni siquiera miran.

Dicho lo presente, vamos a atrevernos con la novela intentando aclarar algunos conceptos que se nos señalan desde la descripción del argumento. Y que le han servido para escribir una novela negra, negrísima, hurgando en los entresijos imaginarios, por supuesto, de las altas esferas del poder español en el que no faltarán, presumo, referencias al contexto económico y sociopolítico en que nos encontramos.

Aclárame, por tanto, por dónde van los tiros añadiendo algo más a estos conceptos presentes en tu novela:

¿Cuál es el lado oscuro de la política?

¿”Imaginarios” dices? No lo creo. Lo que cuento es muy real. No el caso de la novela en sí, pero cosas como las que suceden en mi historia pasan a diario… Hay muy poco de invento y mucho de adaptación. Los libros de historia están repletos de conspiraciones, tramas, tretas, crímenes de Estado y etcétera. La política no tiene un lado claro porque todo en ella es oscuro, comenzando por el hecho de que comienza con una mentira inconsciente, la que todo político se hace a sí mismo al convencerse de que está en ella por “vocación de servicio”, y termina con los miles de mentiras conscientes que se hacen al potencial elector.

¿Asesinatos de diseño?

Todo crimen de Estado es un crimen de diseño, psicopático si quieres. En la mayor parte de los asesinatos del montón, de crónica de sucesos, no hay premeditación ni planificación alguna. Son resultado de impulsos incontrolados. Sólo el psicópata desarrolla un plan para matar y lo cumple escrupulosamente para satisfacer una fantasía y, por supuesto, porque no quiere ser atrapado. En el caso del Estado se mata porque hay una necesidad política de esconder cosas y, claro, como tampoco se debe descubrir quién ha matado y por qué motivo, entonces se planifica.

¿La mente del criminal?

La “mente criminal” es un mito científico. No existe. Todo el mundo está igualmente capacitado para cometer crímenes… Sólo tienen que darse las circunstancias adecuadas para ello. El problema es que en la mayor parte de los casos desconocemos qué nos impulsaría a cometer un crimen, o qué impulsaría a nuestro vecino, o a nuestra pareja. Pero no lo dudes ni te enredes en moralinas absurdas: para delinquir vale cualquiera.

Laberinto. ¿Por qué será que todos sentimos que el laberinto existe, que acaso no es uno solo, y que nunca terminamos de saber nada claramente, por eso, la sospecha nos corroe lentamente el pensamiento? ¿Y si las cosas no son como parecen? ¿Y si cuando voto a uno o voto a otro e incluso aunque no vote siempre acabo teniendo la triste sensación de que acabaré vendiendo armas a algún país del tercer mundo o no tan del tercer mundo, o colaborando con los tiros oficiales que se dispararán en una guerra en otra parte del mundo?

Pues porque en el fondo eres consciente de que todo no es más que un montaje, y a veces no demasiado bueno. Como esas películas malas en las que se advierte que el cartón piedra del decorado es mentira. El mundo está hecho para ir tirando, para guardar las apariencias. ¿Acaso crees que 1000 millones de personas en el mundo podríamos vivir como vivimos si los otros 5000 no estuvieran en la miseria? Claro, no, los recursos son limitados. Pero como es un asco asumir hechos así, pues nos mentimos a nosotros mismos, nos aliviamos la conciencia haciéndonos ecologistas o lo que sea y así vamos tirando.

¿Qué idea subyace en la novela? ¿Qué denuncia?

Arremete contra la corrección política, contra la mentira, contra ese cartón piedra al que antes me refería. No voy a cambiar nada con ella, evidentemente. Ninguno de nosotros en realidad. Pero al menos tengamos la decencia de no mentirnos. Yo creo que la primera medida para cambiar el mundo es asumir que es un completo asco y entender los motivos por los que lo es. Lo demás son cuentos bobos.

Al margen de lo imaginario, ya sabemos cuánto se parece la ficción a la realidad y viceversa, ¿por qué tenías que escribir esta novela? Voy a decirlo, más claramente, por qué te obligaste a luchar dentro del laberinto que es, seguramente, esta historia que muy pronto leeré.

Siempre he sido un inconformista y un iconoclasta. Y también soy profesor, y a menudo me siento en la necesidad de ilustrar, de tratar de hacer ver a los demás esas cosas que no entienden y que para mí son tan nítidas.


Intuyo por la descripción del argumento un mundo de hombres. ¿Aparecen mujeres? ¿Qué papel les corresponde?

Sí. Hay mujeres. Sería absurdo que en un mundo como el que vivimos no las hubiera… Y alguna incluso tiene un papel central en la trama, de pieza necesaria. En concreto ésta es una mujer que se ha pasado media vida tratando de luchar contra la tiranía del varón, que ha logrado el objetivo y que ha descubierto que el “mundo de los hombres”, ese lugar al que las mujeres tenían vedado el acceso y en el que ha logrado penetrar tras una larga lucha, es sucio, es cutre y no merece la pena. Ya sabes lo que se dice: no desees mucho una cosa, no vaya a ser que al final la consigas.

¿Cómo son esos personajes, que ya adivino corruptos, en sus hogares? ¿Viven solos? ¿Tienen familias y escuchan a Mozart mientras idean el próximo crimen?

Esto es lo más terrible; que son personas normales. Como tú y como yo. Hacen un trabajo, se ganan la vida con sus ocupaciones. No hay más. El mundo del agente 007 es un fraude que no resiste ni un asalto.


He leído por ahí que no te gusta la novela negra sueca, es decir los «Larsson y Cia». Creo que los nombraste de este modo.¡Vaya! Yo los temo. Y te diré porqué. Comencé a leer el primer tomo de Larsson y no pude dejar de leerlo, y todavía tengo los otros dos tomos pendientes de lectura, regalo de los hijos para mi pasado cumpleaños, pero el tiempo no me da más de sí, y he decididio posponerlos. Explícame qué no te gusta, y qué diferencia temática o lo que fuere ves con tu forma de entender la novela negra.

Me parece plúmbea, aburrida y artificiosa. No habla de cosas que me interesen y me cuesta un enorme esfuerzo identificarme con lo que allí sucede. Sus tramas son inconsistentes, las historias vacías, los personajes anodinos… Y absurdamente largas además. Vaya, se trata de un tipo de novela a la que yo definiría como una película de Bergman a la que le hubiera puesto la música ABBA. Terrible. Mucho ruido y pocas nueces.


Y ya que hablamos de la novela negra en España: lo habitual suele ser que se nombre a los siguientes autores y por este orden: Francisco García Pavón, Manuel Vásquez Montalbán, Jorge Martínez Reverte, Eduardo Mendoza, Juan Madrid... ¿Falta alguien? ¿Sobra alguien? ¿Qué autores entre los nuevos que van llegando conoces que nos puedas nombrar?

Nada me sobra. Yo vengo a sumar y nunca a restar. Y están los Biedma, los Tristante, Pedro de Paz. Incluso os vais a llevar una grata sorpresa con Fernando Cámara, el tercer fichaje de NGC que va a romper muy pronto. Hay mucha gente escribiendo cosas buenas por ahí. Creo que la literatura española actual goza de una salud excelente… Ahora ya solo necesitamos que el público te compre una novela porque te llames Pérez y no porque te llames Larson. Que con esto también hay mucha tontería. Gente como Pily B., apostando por los Pérez y los Gómez del mundo es, creo yo, heroica.

Mantienes con Juan Ramón Biedma un blog titulado El subcultural. ¿Qué tal se te da esto de los blogs? ¿Resultan un incentivo para los escritores? ¿Ayudan a hacer nuevos amigos? ¿De qué temas os ocupais en el blog?

Los blogs son una locura que haces con los amigos porque te entretienen, pasas el rato y encima obtienes algo de visibilidad, pero también terminan absorbiéndote y, si te lo tomas en serio, es mucho trabajo. El nuestro, en concreto, va de rollo tranquilo porque escribimos algo cuando nos apetece, pero hay personas que hacen un esfuerzo brutal con el blog que gestionan… Nosotros publicamos “Paciente Cero”, que es un relato por entregas que vamos escribiendo a dos manos y que trata de recuperar el rollo vetusto pero bonito de los folletines. También hacemos crítica literaria, de cine, algo de música, en fin nuestras cosillas… y publicitamos nuestros libros y los de los amigos, claro, qué menos. Pero todo ello en un plan muy distendido, sin agobios.

Y ahora sí, y ya para terminar, y sólo de momento, voy a pedirte que sumes aquí esa o esas tres o cuatro o cien preguntas que no te han hecho todavía y que quisieras contestar.

Vale, las escribo pero no las contesto para que me las hagas otro día (previo pago):

1.¿Por qué estás tan loco como para atreverte a escribir en un país en el que no se lee?
2.¿Tú qué querías ser de mayor?
3.¿Es verdad que cuando eras joven todo el mundo pensaba que no te ibas a comer un chicharro en la vida?

Y de momento, ya. Un abrazo.


Gracias Francis. Y enhorabuena por esta publicación.

1 comentario:

  1. Muy interesante. Y PEDAZO portada.
    El Cesid. Este ente inivisible.
    Por cierto, muy acertadas las reflexiones sobre el blog, muy acertadas...
    Saludos.

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