lunes, 28 de marzo de 2011

"CERA DE BABILONIA", UN LIBRO DE SALVA ORTIZ SERRADILLA




Sinopsis:

Todo ocurre tras una sesión de hipnosis. Cristian Campos, un “hipnoterapeuta” poco reconocido, somete a uno de sus pacientes a una regresión para dejar el vicio del tabaco. En pleno proceso, ocurre un acontecimiento asombroso. El paciente comienza a hablar en lenguas “muertas” y narra con todo lujo de detalles una situación acaecida en pleno siglo XVIII. Este hecho sorprendente, conduce a Cristian hasta una agencia secreta, amparada por la propia Iglesia. Bajo esta tesitura, se le muestra la verdadera fisonomía del saber humano, vinculada a unos seres sobrenaturales que están directamente relacionados con la sapiencia y la erudición. ¿Por qué unas personas tienen un don, una cualidad innata que los hace especiales y otras no? ¿Qué convierte a una persona en un genio venerado a través de los tiempos? Revelaciones que cambiarán la realidad de Cristian por completo. Beethoven, Kim Peek, Velázquez, Miguel Ángel, Séneca, Da Vinci, Hawking, etc, todos estaban y están expuestos al misterio que narra Cera de Babilonia.


Enlacea la novela Cera de Babilonia.

Enlace a la editorial Alhulia.


ENTREVISTA

Por: Pilar Alberdi



Hola Salvador, ¿cómo se vive ser un escritor que publica su primera novela?

Con ilusión, satisfacción y un poco de resignación. Todo al mismo tiempo. La realidad de mi primera novela es un hecho tan importante que la ilusión y la satisfacción predominan por encima de cualquier otra cosa. Pero la profesión literaria es muy complicada. Con trabajo, tesón y paciencia se consiguen los objetivos y, gracias a Dios, voy haciéndome un hueco en las librerías.


¿27 años son pocos o muchos en esta profesión?

Desde mi humilde punto de vista, 27 años son pocos para muchas facetas de la vida, aún más si hablamos de literatura. Encontrar una editorial que se arriesgue por un escritor novel, con 27 años (edad en la que publiqué la novela) y en los tiempos que corren, solo tiene una condición: que lo que escribas sea de calidad. Sinceramente mi libro tiene muchas características que lo convierten en una obra amena y de interés general; pero los escritores somos muy perfeccionistas y siempre estamos poniendo de nuestra parte para mejorar nuestros escritos. Mi camino no ha hecho más que empezar.


¿Te sientes conforme con el resultado?

Estoy muy feliz por alcanzar la 2ª edición de Cera de Babilonia. Solo tengo palabras de agradecimiento a mi editorial, a Nacho Ares por su ingenioso prólogo, a Antonio Velázquez por ilustrar mis palabras, y a todas las personas que han comprado el libro. He recibido, a través del correo electrónico, muchos comentarios de lectores que han disfrutado con la lectura de la novela. Por si fuera poco, recibí, el pasado año, un premio literario de la Facultad de Comunicación de Sevilla. Cera de Babilonia me sigue reportando alegrías a diario. El simple hecho de recordar su publicación es un orgullo para mí.

¿Crees que tu trabajo como guionista te ha ayudado?

Mi trabajo como guionista ha condicionado mi forma de hacer literatura, es decir, me ha ayudado a forjar mi estilo personal. Valiéndome de los recursos propios de la narrativa, confiero a todos mis escritos un estilo muy cinematográfico. Trato de captar la atención del lector desde el primer momento a través de una estructura dinámica, y con muchos giros inesperados en la trama.


¿Nuevos proyectos?

En la actualidad trabajo en la segunda novela, de temática distinta a Cera de Babilonia, y en colaboración con la productora “Atenea Producciones” llevo adelante varios proyectos audiovisuales.

Si tuvieras que definirte con pocas palabras, dirías de ti...

Un tipo humilde, con gran compromiso social y con muchas ganas de enseñar a los demás, a través del entretenimiento, la particular visión que tengo del mundo.

Te gusta leer a...

Conan Doyle, Susanna Clarke, Lovecraft, García Márquez, Borges, Chandler, Lorenzo Silva, Asimov, etc.


Sueñas con...

Seguir haciendo realidad mis sueños.


Un ideal como escritor...

Hacer reflexionar a los lectores, inmiscuirles en historias de las que jamás formarían parte de no ser por la ficción. Divertir, informar, emocionar… la literatura es tan magnífica y poderosa que las palabras se quedan cortas.

Gracias Salvador.

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