miércoles, 31 de marzo de 2010

SACO DE HUESOS, LA EDITORIAL



ENTREVISTA A JUAN ÁNGEL LAGUNA EDROSO

Por Pilar Alberdi


P. En primer lugar, gracias Juan por permitir este mano a mano. Bueno, he de decirte que me encantan las palabras de «bienvenida» de la página de tu editorial, que los lectores pueden encontrar en Saco de Huesos: «Bienvenidos al terror renacido, al terror que nunca muere, al terror atemporal. Bienvenidos a ese reino que nadie querría visitar pero al que no podemos evitar echar un vistazo, bienvenidos al reino de los escalofríos, del querer saber más intuyendo que sería mejor no dar vuelta la página…» Me detengo aquí, no sin confesarte que me gustaría continuar transcribiendo. Es una presentación estupenda; clara y a la vez poética, en la que se explican con detalle las distintas colecciones de la editorial de las que luego hablaremos. Sin embargo, esas palabras de bienvenida provocan la primera pregunta: ¿cómo ves el panorama de la literatura fantástica en España?

R. "Inquietante" supongo que es la palabra. Es lo que nos motivó en un primer momento ha fundar la Asociación Cultural La Biblioteca Fosca, con la que publicamos Calabazas en el Trastero, y, posteriormente, el sello Saco de Huesos.
A lo largo de estos años me había dado cuenta -impresión compartida con mis compañeros Miguel Puente, Pedro Escudero y David Jasso- de la existencia de muchos autores con mucho potencial y mucho que decir que no encontraban una editorial adecuada. Creo que España arrastra todavía muchos prejuicios en cuanto a formato (novela versus relato), género (realismo o histórico versus fantasía) y origen de los autores (extranjeros, sobre todo anglosajones, versus nacionales). Es una realidad que va cambiando, sobre todo gracias a Internet, que nos permite experiencias de primera mano, y sobre la que queríamos aportar algo.
Hay ya editoriales, como Grupo Ajec, por ejemplo, o asociaciones, como Nocte o el colectivo Xatafi, que están moviendo ficha para demostrar que hay cantera, que el género no es algo cerrado ni estéril, y que los autores de por aquí tienen mucho que decir. Sin embargo, el cierre de la revista Miasma y los tumbos que iba dando la antología Paura nos espolearon a hacer algo por nuestra cuenta, a no estar sólo a verlas venir sino al pie del cañón buscando una alternativa propia.
Ahora creo que el panorama va mejorando, que se publican libros de gran calidad, que a fin de cuentas son los mejores embajadores de la literatura, y que la consideración social de la fantasía va cambiando para mejor. Después de todo, la generación de los que crecimos con cosas tan peregrinas como La bola de cristal estamos abocados a ejercer de adultos.


P. En la página Abadia Espectral a la que cualquiera puede dirigirse para conocer tu trayectoria literaria y vital, leemos que te formaste como ingeniero químico en la politécnica de Zaragoza, que fuiste inventor del libro sintético, que has completado estudios en Italia, residido en varios países, dominas varios idiomas, te gusta practicar esgrima, trabajas como traductor, eres redactor de OcioZero.com, miembro de varias Asociaciones como la de Escritores de Zaragoza o el Círculo de Escritores Errantes, de la que fuiste, además uno de los miembros fundadores. En este sentido: ¿que ofrece la distancia al creador? Y en tu caso, además, ¿al editor?

R. Supongo que una perspectiva distinta. Al tener poco contacto en persona con otros miembros del gremio (escritores, editores, traductores, etc.), ya que éste se reduce a convenciones como el Liter Imaginarius o la Hispacon, he terminado cultivando bastante más las relaciones internáuticas. Es una experiencia que me ha permitido establecer vínculos sólidos con gente distante geográficamente, y, al mismo tiempo, me ha permitido constatar que, efectivamente, estamos entrando en una época donde las distancias tienen otra relevancia.
Por ejemplo, los miembros fundadores de Saco de Huesos estamos en cuatro ciudades distintas: Madrid, Valladolid, Zaragoza y Metz. Nuestros lectores, al igual que nuestros escritores, por todo el mundo. Y ésta es una realidad que, aunque da cierto vértigo, es muy esperanzadora. Se abren nuevos horizontes para todos.
Desde luego, la distancia ayuda tanto a apreciar los orígenes como a evitar quedarse encerrado en ellos.


P. Las nuevas editoriales españolas de literatura fantástica están formadas por jóvenes y muchos de ellos escritores. También ha sido tu caso. Frente a las grandes editoriales españolas que publican casi exclusivamente a autores extranjeros, esta situación indica un cambio. ¿Cuál crees que será el resultado a corto, medio o largo plazo? ¿Estamos acompañando adecuadamente los escritores y los lectores vuestro esfuerzo?

R. Sí y no. Aunque sea poco diplomático, vamos a decirlo sin ambages: si todos los autores que han participado en las convocatorias de Calabazas en el Trastero fueran suscriptores de la revista, el proyecto ya daría para financiar otros y no sólo para mantenerse. Sin embargo, entiendo que es normal esta cautela: el lector es señor de su tiempo y su dinero, y es labor de la editorial ganarse su confianza vigilando la calidad de los contenidos, la edición, la periodicidad, etc. Es una carrera de fondo, pero ahora, después de casi seis números, podemos decir que el público responde: al entusiasmo inicial se van sumando los votos de confianza que suponen las suscripciones.
Por el contrario, los autores tardan menos tiempo en dar su voto de confianza, lo cual es tan de agradecer como preocupante. Saco de huesos es un sello muy modesto, y no llevamos abiertos ni un año y estamos recibiendo mucho material, entre el que se incluyen obras que han sido finalistas de premios nacionales de renombre (y no precisamente de género). Esto es muy interesante para la editorial, porque nos va a permitir seleccionar material muy bueno, pero es preocupante para el aficionado. Da la impresión de que el tejido editorial, esa cadena escritor-editor-libro, está desestructurado. Falta profesionalidad, falta mimar a la cantera de autores al tiempo que se le da espacio para crecer. Los autores no tienen donde foguearse, los sellos no tienen autores fogueados que cimenten la literatura del día de mañana.
Tenemos la esperanza de que a corto plazo se consigan crear estos espacios para ir creciendo, que a medio plazo hayamos conseguido cultivar una generación de escritores maduros, y que a largo plazo los lectores estemos disfrutando de obras que hagan historia por méritos propios. Materia prima hay, y cada vez vamos sumando iniciativas para que estos sueños sean una realidad: pensemos en la línea Z de Dolmen, abierta a autores nacionales, o en la revista H-Horror de la asociación cultural Horror Hispano, por poner un par de ejemplos.


P. El próximo mes de julio saldrá a la calle la antología Terror Oriental donde se reúnen los relatos seleccionados en vuestro anterior certamen. Obra que los lectores pueden adquirir a través de la página web de Saco de Huesos donde encontrarán las indicaciones correspondientes para hacer el pedido. Por cierto, que el precio es económico, y esto en tiempos de crisis es un buen incentivo. ¿Qué nos puedes comentar del desarrollo del premio desde sus inicios? ¿Qué tal está siendo la respuesta a la convocatoria en curso cuyas bases se pueden consultar en vuestra página? A mí, me parece muy buena idea que propongáis un tema cuatrimestralmente. Es una forma de incentivar a los escritores para que ejerzan su creatividad y disfruten con la tarea que realizan.

R. La respuesta está siendo magnífica y, lo que es más importante, creciente. En la pasada convocatoria, la de Terror Oriental, creo que superamos la media de calidad hasta el momento. Y esto es lo más reconfortante, pues estamos consiguiendo publicar una revista muy saludable. Además, constatamos que nuevos autores comparten cartel con veteranos, lo que muestra que hay mucho por descubrir y mucho apoyo por parte de gente que está ya curtida. Todo esto redunda en beneficio del lector. Como el precio, claro :-)
Ése era otro de los objetivos de Calabazas en el Trastero: queríamos una revista con acabado de libro, totalmente profesional, y con un precio competitivo. Es algo que no podríamos conseguir si los autores (ilustradores y prologuistas incluidos) no cedieran sus derechos por los primeros ejemplares vendidos en papel. De algún modo, esta iniciativa está poniendo de manifiesto una gran solidaridad por parte de todos los interlocutores. Creo que hay ganas de que prospere, y creo que está cubriendo las expectativas.
La trayectoria también lo pone de manifiesto. La primera convocatoria, Entierros, se saldó de un modo modesto pero prometedor. Prácticamente tuvimos que anunciarla mediante boca oreja a través de nuestros contactos como autores. La gente de Nocte, del Círculo de Escritores Errantes y de Sevilla Escribe se volcaron, y el resultado fue una antología de mucha calidad. A partir de allí, las expectativas crecieron, y en Arañas superamos largamente la participación precedente. Creo que desde ese momento nos fuimos dando a conocer ya en un círculo más amplio. Con el Especial Poe nos vimos incluso abrumados: es increíble la cantidad de relatos que suscitó el maestro, y el interés que ha traído la antología. Con Tijeras y Terror Oriental la participación ha bajado en cantidad, pero aumentado en calidad. Y la actual, Bosques, ha llamado la atención de los escritores, según hemos podido saber. Creo que la idea de establecer una temática, a modo de desafío, pero de un carácter tan variable y abierto, ha sido todo un acierto. Es una especie de sello propio.


P. Las colecciones de Saco de Huesos son: «A Sangre» (Nueva Narrativa), «Aquelarre» (Antologías), «Nosferatu» (Clásicos Olvidados), «Taradaña» (Novelas Gráficas), «Laberinto» (Juegos), «Calabazas en el trastero» (Revista Antológica). ¿Cómo ves el futuro desarrollo de las mismas?

R. Confieso que es pronto para saberlo. Ninguno de los socios de Saco de huesos teníamos experiencia propiamente dicha en el mundo editorial (aunque hubiéramos desarrollado proyectos bastante afines) y seguimos aprendiendo. Si tuviera que aventurar algo, creo que "A sangre" y "Aquelarre" son las que van a despegar más rápido. Desde luego, son las que más material reciben. Además, técnicamente son las más asequibles. Esperamos, no obstante, dar algunas sorpresas en breves con las demás líneas: estamos realizando algunas traducciones para "Nosferatu", tenemos ya en maquetación el que será el primer título de "Taradaña" y preparando alguna cosa para "Laberinto". Calabazas en el Trastero, por supuesto, sigue como proyecto señero: creo que es el que más llama la atención y el que nos está permitiendo llegar a más público. No sé si llegaremos a convertirlo en un Weird Tales, pero ya tiene unos cuantos relatos en su haber, valga la expresión, antológicos.


P. Un pregunta más personal. El hombre al que le gusta practicar esgrima, ¿fue un niño admirador de los justicieros, aventureros, reyes y príncipes? ¿Qué tipos de lecturas te gustaban? ¿Crees que nuestra biografía inclina la balanza de nuestro destino y si es así, crees que estás viviendo el momento que esperabas poder llegar a vivir?

R. Lo cierto es que estoy viviendo un cuento de hadas. Desde que me fui a Italia, a la aventura que llaman Erasmus, he visto y hecho cosas que creía restringidas a los libros de ficción: visitar la buhardilla de un orfebre en París para encargar un chevalier, tomar un vino de nueces con el descendiente de un capitán napoleónico de origen polaco, intercambiar misivas con escritores del otro lado del océano, visitar catacumbas, bibliotecas con incunables... Para un niño que, efectivamente, soñaba con espadachines, caballeros y piratas, esto es un sueño. ¿Quién me iba a decir que las historias de Stevenson, Bécquer y compañía tenían su contrapartida en el mundo real?
Supongo que esas lecturas, su influjo, son las responsables en gran medida de que me haya dejado llevar, pero creo que tanto nuestra biografía inclina la balanza como nosotros inclinamos la biografía. Hay momentos en los que hay que tomar decisiones, y siempre he creído que, puestos a equivocarse, mejor que fuera siguiendo una corazonada propia. Me siento muy dichoso de haberme puesto a servir mesas cierto verano en Jaca: ahí fue el comienzo de todo (y muy afortunado de haber tenido unos tíos que me encontraron el trabajo y me acogieron en su casa).
(Por otro lado, el esgrima es un deporte muy agradecido: se aprende rápido, se puede practicar hasta la vejez -he participado en campeonatos con caballeros que frisaban los setenta, y más- y reduce barriga. Qué más se puede pedir :-)


P. ¿Podrías nombrar el autor/a y el título de un relato que te haya influido? ¿De qué modo?

R. Voy a hacer un poco de trampa (ya que esta pregunta es una deliciosa ratonera) y voy a nombrar un relato que desborda sus límites naturales: "El hombre divergente", de Marc R. Soto. Con este relato, que al final enmarca todo un fix-up que publicó Grupo Ajec, descubrí cómo los límites de palabras no constriñen una historia cuando ésta tiene más que contar. Es una historia que resulta inquietante y evocadora, que es capaz de crear un universo en torno a sí misma sin perder su coherencia como relato. Además, escrita con una prosa envidiable.
Me parece que en breves disfrutaremos de algo a la altura con "Umbría", un relato de Santiago Eximeno publicado en Historias Asombrosas que también es como una puerta (de armario) a un mundo tenebroso e insondable.
Ambos me han influido de un modo determinante: me han mostrado que se puede ir más allá, que los creadores de historias podemos limitarnos a anécdotas o abordar imaginarios propios.


P. Me gustaría mucho que me contases un relato escrito por ti y por el que sientas especial predilección, no importa si no es de género fantástico porque sé que escribes también en otros géneros, en los que también has ganado concursos y has quedado finalista de otros. ¿Cuál es ese relato? ¿De qué habla?

R. Predilección absoluta tengo por un relato largo, novela corta más bien, que se titula "La casa de las sombras", y con el que no he conseguido ganar ningún concurso, ni encontrar editor alguno. Supongo que uno no elige sus preferencias, al menos de un modo racional, y menos en cuanto a creaciones se refiere...
En sus páginas se desarrolla una historia que mezcla las travesuras de la infancia, la naturaleza de los monstruos y una fantasía desbocada y fantasmagórica. En sus personajes se encuentran algunos elementos muy personales (como la manía que tenía mi primogénito de conversar con los espejos cuando todavía tenía un añito y apenas balbuceaba) y, en los escenarios, las esencias de desván polvoriento que tanto me hicieron soñar de niño. Es una historia algo timburtoniana, que dirían mis compañeros, los cuervos solitarios, pero algo más macabra.


P. Uno es hijo de sus lecturas, sin duda… ¿Cómo ha sido tu vivencia de lector? ¿Tienes autores o temas preferentes de esos a los que uno no puede evitar volver de vez en cuando?

R. Soy, y he sido, un lector muy errático. Nunca he llevado un método y he pasado de clásicos de la literatura a obras incatalogables sin cesar. Sí que creo que han primado los autores del XIX en mis lecturas, sobre todo aquéllos dedicados a la llamada literatura de terror: Stoker, Bécquer, Stevenson, James, Maupassant...
Gracias a Nocte, la Asociación Española de Escritores de Terror, he descubierto obras muy interesantes contemporáneas que me habían pasado desapercibidas, y que me han abierto miras. "El Cruciforme", de Santiago Eximeno y Pedro Belushi, o "La silla", de David Jasso, son obras que merecen mucho la pena. Y lo bueno es que sin ser la norma, tampoco son la excepción: el otro día me sorprendía pensando en la belleza formal con la que está resuelto "El rayo verde en el ocaso", de Sergio Mars.
No obstante, si debiera mencionar un libro al que vuelvo con frecuencia, sería "Un mundo vacío", de John Christopher, una pequeña joya de la literatura juvenil. Y, claro está, "El misterio de Chimney Rock", un placer inconfesable...


P. ¿Una o muchas razones para seguir leyendo, escribiendo y editando?

R. La única real: que no podemos evitarlo. Si no leyésemos, languideceríamos como flores mustias. Si no escribiésemos, nuestros monstruos nos devorarían por dentro. Si no editásemos... ¡cómo vivir sabiendo que éramos conscientes de lo que había ahí y que renunciamos a darlo a conocer! Yo creo que nos volveríamos locos (si es que no lo estamos ya).


P. Por último, quiero agradecerte el tiempo que me has brindado para esta charla. Gracias Juan, ha sido un placer.

R. Muchas gracias a ti, Pilar. El placer es saber que hay gente como tú, dispuesta a seguir "dando guerra", y un honor que nos hayas hecho un hueco en tu blog.

7 comentarios:

  1. Muy interesante la entrevista.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Muy buena entrevista, sí señor :-)

    ResponderEliminar
  3. Me encantó. Por cierto, fabuloso el blog en todos los sentidos. Te enlazo al mío. Un saludo!!

    ResponderEliminar
  4. Interesante y amena la entrevista. Veo con satisfaccion que parece que algo esta cambiando a marchas forzadas en este pais y resulta gratificante ser consciente de que la literatura de genero hecha aqui va abriendose puertas.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Muy buena entrevista. Me quedo con lo de "creo que tanto nuestra biografía inclina la balanza como nosotros inclinamos la biografía". Ésa sí es una frase de antología.

    ResponderEliminar
  6. Gracias por estar ahí y por opinar. Una se siente más acompañada. Ha sido un lujo poder contar con las sinceras opiniones de Juan Ángel Laguna Edroso. Él ha hecho buena la entrevista.

    ResponderEliminar
  7. sinceramente: una entrevista maravillosa.

    ResponderEliminar